La pérdida de peso de emergencia es muy poco saludable. Puede estar justificada cuando un atleta se prepara para una actuación o una novia necesita caber en un vestido de novia. En otros casos, es violencia contra el cuerpo. Además, el peso siempre vuelve con un gran margen.
A continuación te explicamos cómo perder peso en una semana y qué le ocurre a tu cuerpo después de esta pérdida de peso extrema. Decide por ti mismo qué te funciona y qué no.
Cómo perder peso en una semana
En Internet se habla mucho de dietas eficaces, curas milagrosas y alimentos que ayudan a adelgazar, como pimientos picantes, gajos de limón, hojas de arándano rojo y cócteles. Lo cierto es que no existe ningún alimento quemagrasas ni ningún estímulo metabólico tangible. Por lo tanto, la única forma de perder peso es aumentar la actividad y crear un déficit calórico.
Nuestro cuerpo obedece a la ley de conservación de la energía, por lo que el principio de la pérdida de peso es sencillo: consumir más calorías de las que se obtienen. Para perder los kilos de más, hay que aumentar la actividad física. Cuando el cuerpo no tenga dónde reponer sus reservas para la siguiente carga, recurrirá a su alijo en la barriga, lo que provocará la pérdida de peso.
El ritmo diario de actividad condicional es de 10.000 pasos. Pero si quiere perder peso rápidamente, tiene que aumentarla al menos a 12.000, o mejor aún, duplicarla.
Por ejemplo, vaya andando al trabajo, suba por las escaleras, saque al perro a dar un largo paseo... y así irá aumentando gradualmente hasta llegar a los 20 000 pasos.
El límite de 20.000 pasos es arbitrario. Puede sustituirse por otras actividades físicas o por una combinación de actividades. Casi todos los teléfonos inteligentes tienen un contador de pasos, pero las pulseras y los relojes de fitness son aún más precisos.
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